Carla y su sentir por el Amo. LordOrmm.

Un dia mientras trabajaba, Carla distraía la mente en oscuras divagaciones; imaginaba a su Amo, porque si tenia claro que aquel hombre era su Amo, así El. Se lo había enseñado. Se moría de ganas por estar con El, era un oscuro deseo, sentir sus manos entre sus piernas, verse doblegada de placer y poderle ofrecer aquello.Disfrutaba mucho con sentirse suya, con sus oscuros juegos..

Muchas noches se despertaba sobresaltada, con su sexo húmedo, deseando poder tener a aquel hombre a su lado, poderlo acariciar, disfrutar. Siempre esperaba que se la llamase, para acudir presta a su casa. Hacia unas semanas, que no la había llamado y estaba preocupada, no sentirlo, no ser uso y disfrute de El, era el peor de los castigos a los que podían someterla, ni una nota, ni un correo, ni una llamada.. Nada!!

Y así pasaron algunas semanas, que se hacían interminables; Por las noches Carla se moría de ganas, su naturaleza caliente casi obsesiva le hacia restregarse en las sabanas esperando que el rugor de estas, calmase su sexo húmedo. No podía tocarse, no podía tener orgasmos, no podía darse placer, recordaba sus palabras.. “cuando quieras satisfacer tus instintos naturales pide el correspondiente permiso, me perteneces, tu placer es mío y solo lo obtendrás de mi voz, cuando yo lo determine” y así, una noche tras otra, sedienta de oírle pasaban las noches.

Carla despertó a media noche sobresaltada, con el sexo húmedo y unas ganas locas de ser poseída por El, pero El no estaba, estaba sola. Con determinación se vistió, colocándose la ropa que ella sabia que a El, le gustaba, parecía una zorra, lo reconocía.. su Zorra  se sonrió para si misma y colocándose unos grandes zapatos de tacón, se dispuso a salir de su casa, en mitad de la noche.

Tomo su pequeño coche y con rapidez lo encamino a las afueras de la ciudad, donde vivía Su Amo. Paro enfrente de la casa, que tenia todas las luces apagadas, el DIA era frió y ella miraba, esperando ver por algún lado, una sombra de El.

No podía mas, tenia que verlo, saber que estaba bien, acariciarle y con determinación, se dijo a si misma, que si se ganaba un castigo, pues bien a gusto lo recibiría, que placer supondría para ella, verse atendida por aquellas manos grandes y ásperas, aunque sea para causarle las sevicias que ella, sin duda necesitaba. Se paro en seco, por dios se dijo, ¿Tan mal estoy que necesito sus castigos, por no tener ninguna otra cosa?.  Se sonrió, si estaba tan mal, necesitaba ser suya, sentir sus manos, sus roces asperos en su piel, ser poseída, ultrajada y tratada como una fulana o como le diese la real gana. Lo necesitaba.

Parada en el coche, pensó ¿que podría haber echo mal?. Se reconocía una mujer fuerte, con carácter, soberbia, algo orgullosa y se sabia atractiva. Su cuerpo suscitaba el deseo de los hombres , ella lo tenia muy claro, pero de aquel hombre no, para El, era una mas.. un juguete de su colección que movía con sus manos de aquí para allá y disponía para su placer, eso la ponía de mal humor,  no ya serlo en si misma, sino no ser única, imprescindible para El. Su carácter se agriaba y todo su orgullo y altivez se apoderaban de ella. Arranco el coche otra vez, pensó para si misma, ya esta bien de hacer la tonta  puedo tirarme a quien quiera. Si no me quiere a su lado pues el se lo pierde.

Puso el pie en el acelerador y se preparo para arrancar.

Sus piernas estaban paralizadas,  no se movían y lentamente quito el pie del acelerador, paro el coche otra vez, y entre sollozos empezaron a caer lagrimas sobre sus mejillas, miro otra vez hacia las ventanas. Sin ver nada, nada de nada.

Igual El ni estaba.

Abrió la portezuela del coche y pensó que ya que estaba allí, debía de hacer algo. Y salio del coche caminando con paso tímido hacia la puerta de la casa. Se armo de valor y llamo a la puerta.

Una vez, nada, dos, Nada…

Iba a pulsar otra vez el timbre cuando una luz se encendió en una ventana y ella se espero. La puerta se abrió y apareció El, vestido con un pijama y un batín de ir por casa, con la cara soñolienta, que divertido la miraba desde el otro lado de la puerta.

-        Vaya horas de llamar perrita, ¿pasabas por aquí no?, le dijo mirándola con una pequeña sonrisa con los ojos fijos en ella.

-        Discúlpame, tu me dijiste…

-        Que te dije, la interrumpió, porque parece que no tienes mucha memoria, niñata, su voz era baja y severa, la sonrisa se había desdibujado de su cara y la miraba con los ojos clavados en ella.

-        Ella bajo la cabeza de inmediato, mirando al suelo, no quería molestar, lo siento, me marchare, y giro bruscamente sobre sus talones para caminar hacia su coche. Se moría de vergüenza, dentro de ella todo bullía y se debatía entre esconderse bajo tierra, correr o morirse .Noto como la mano de El, la tomo del brazo, con brusquedad, frenándola de golpe.

-        Discúlpame, no quería molestar, lo siento, ha sido una tontería perdóname repitio…

-        La mano de el no la soltó, y con rapidez, con su mano libre, le estampo una bofetada en su cara, que resonó en la noche mirándola duramente…

-        Maldita puta, no tienes modales. Vienes aquí, me despiertas y encima me tuteas, ¿que te había enseñado?, ¿acaso se te ha olvidado?

-        La mejilla le ardía a Carla y su ego se movía como un demonio, en su interior. Lo siento mi señor, No quería molestar, ha sido una tontería me iré. discúlpeme…

-        Ummmm eso esta mejor, si…Parece que la memoria vuelve a ti, y soy otra vez, tu Señor… Mejor si, sonrió satisfecho…

-        No molestas nunca, siendo mía cariño le sonrió.

-        Y bien pequeña, algo te habrá hecho venir aquí, a estas horas y seguro que es algo importante. Pasa que parece que estoy olvidando los buenos modales colocándole suavemente la mano en la espalda la hizo pasar dentro.

-        Ve al comedor y sírveme una copa, preciosa que yo voy enseguida.

-        Carla camino por el pasillo que conocía de memoria y llego al comedor, al mismo sitio que tanto ya conocía y que anhelaba; miro al fondo las pequeñas escaleras que subían arriba, donde estaban las habitaciones de su Amo. Se quedo de pie desconcertada.

-        El entro rápidamente, después de cerrar la puerta con llave y pasar los cerrojos, que resonaron para Carla como una autentica bendición.

-        Al notar que El se acercaba camino de prisa hacia el mueble bar, para preparar la copa, se detuvo en seco. Madita sea no había preguntado ni de que, ni como la quería, se giro y le vio a el, que la miraba.

-        Amo…titubeo… mi Amo perdón. ¿De que quiere la copa?, no se sus gustos, no se nada y rompió a llorar

-        Bourbon , solo , dos hielos le dijo El , que se sentó en el sillón, contemplándola.

-        Estas muy hermosa pequeña. le dijo.

-        Gracias Amo. Mientras ella notaba, como los ojos de el, la desnudaban, se colaban por todas las hendiduras de su cuerpo , que apenas podía ser cubierto por la fina tela,  sus piernas largas, enfundadas en seda negra, su culo respingon, empinado, pidiendo guerra. Se sintió hermosa , si, muy hermosa notando como los ojos de El, la desnudaban lentamente. Sintiendo crecer la humedad por entre sus piernas…

-        Ella, se acerco a El, no sabia que hacer, se puso de rodillas a su derecha y con lentitud le ofreció la copa con sus dos manos.

-        Mi Amo yo...

-        El tomo la copa con una mano y con la otra , le silencio la boca, colocando un dedo sobre sus labios.

-        Lentamente bebió un buen sorbo y sonriendo le dijo; Retirame las zapatillas putita…

-        Ella sonrió muy tímidamente y lentamente retiro primero una zapatilla y luego la otra, quedándose con ellas, en las manos.

-        ¿Porque has venido?. No te he llamado, pero sabia que vendrías. ¿Te sientes preparada?

-        Mi Amo, necesita verle, estar aquí. Servirle, es lo único que atino a decir y cayéndole lagrimas por las mejillas, se inclino sobre los pies desnudos del que era su Amo.

Un saludo. LordOrmm.