jueves, 5 de enero de 2012

Carla. Relato de LordOrmm

Carla fue acudiendo a la casa, en reiteradas ocasiones cuando fue solicitada por su Dueño. Pasados los meses siempre esperaba ansiosa un mensaje, un correo, una llamada que le hicieran saltar de alegría para acudir de nuevo a la casa.
Pasaban semanas muy duras, donde nada se recibía y carla perdía la esperanza. Cuando ya parecía que se había olvidado de El, un sms entraba de soslayo en su móvil y le invitaba a que se presentara en la casa, a la hora convenida. Y así pasaban los días, semanas y meses. Hasta que recibió el último sms. El que cambio su vida.
El después de disfrutarla y usarla como le vino en gana, le había permitido descansar a su lado. Y apenas había dormido, oyendo respirar pausada y rítmicamente aquel hombre grande, tosco y suavemente incitador. Oyendo su respirar, a su lado, paso la noche sin apenas pegar un ojo, temiendo que cuando se despertara El como había sido costumbre otras veces, El ya no estuviera. Así sacando fuerza del cansancio, con el dolor intenso en sus nalgas y ese extraño picazón en su piel, después de haber sido bautizada, como con sorna dijo El le permitió quedarse. No le permitió ducharse, ni lavarse, estaba sucia, con el pelo empapado de semen y algo de orín en su pelo reseco, olía mal como una sucia y salida perra, salida de un barriobajero agujero. Con su faldita arrugada, sucia y manchada, sus braguitas negras de fina y sugerente tela, totalmente sucias y babosas, habían pasado mucho tiempo en distintos agujeros de su precioso cuerpo, y rebosaban de los restos de sus fluidos y saliva. Así estaba ella, en la cama, al lado del hombre que la había sometido y tratado como un juguete de su colección y lo mas curioso de todo era que le había gustado. Se sentía bien, realizada, feliz, satisfecha de servir a aquel hombre de la manera que su oscura y perversa imaginación, considerase pertinente hacer con ella. Sonreía para ella misma, medio inclinada en la cama, sobre sus posaderas doloridas, mientras miraba con detenimiento a la luz de la luna que entraba por la ventana el subir y bajar del pecho velloso de aquel hombre, que dormía tranquilamente a su lado. El cansancio la venció y no pudo resistir mas, quedándose dormida a su lado. No supo bien, ni como, ni donde, ya que el lecho era muy ancho, pero despertó cuando un rayo de sol, le dio en sus ojos, pegada a aquel cuerpo caliente que la abrazaba sobre su pecho, no recordaba detalles de cómo había parado sobre el, notaba su tacto, su piel suave, su vello y su pecho palpitar suavemente y estaba muy asustada, nunca había tocado aquel hombre. No sabia que hacer, si levantarse e irse. Darse una ducha o esperar quietecita a que el hombre, se despertase y decidiese que hacer con ella. ¡si!, sin duda, eso es lo que haría. Espero acurrucada en su pecho un rato que se le hizo intenso y muy largo, apenas osaba respirar y en repetidas ocasiones pensó en irse, pero algo la retenía ahí. Y ella lo sabia era El.

Por fin El, se despertó, encontrándola en sus brazos y le sonrió encontrándola despierta con los ojos turbios muy abiertos como un cervatillo.
-        Buenos días, le dijo.
-        Buenos días, princesita, parece que la noche ha sido larga y has dormido algo al fin y al cabo. Creía que te habrías ido, le dijo distraído, sonriéndole y mirándola lascivamente. Eres todo un pozo de sorpresas preciosa.
-        ¿Quieres que me vaya?. Su voz retumbaba en la habitación y ella misma, ni se oía de lo nerviosa que estaba. No quise molestar. Repitió mirándole…
-        No molestas preciosa. Le sonrió, si estas aquí, es porque yo decidí que podías estar. Sus palabras sonaron suaves y calidas en la habitación y ella se sintió orgullosa de poder estar ahí.
-        Si le contestó asintiendo, suavemente.
-        Vaya princesita, estas hecha una autentica guarra, le dijo acercando su boca y nariz a su pelo enredado y a la suavidad de su cuello. Apenas se nota la fragancia de tu perfume. Le dijo sonriendo y remarcando son sorna sus palabras acompañando estas, con su aliento en la piel de carla. Oliendo profundamente aquel embriagador perfume que ella desprendía.
-        Roja de vergüenza y de ira estuvo a punto de contestar, pero sus ojos clavados en ella, se lo impidieron.
-        Si, eso esta mejor, le dijo El, como si leyese su pensamiento, sin apartar sus ojos de los suyos. Veamos, como esta esto. Le dijo acercando su mano, a sus muslos y tocando con suavidad su coño, como si fuese algo completamente normal y de escaso interés para El. Sonriendo, mientras con suavidad retozaban sus dedos en su calido agujerito, que sin ella quererlo, estaba ya mojado y lubricado. Con los dedos certeros, rozo su abultado clítoris mirándola a los ojos y ella encendiéndose de placer y de vergüenza soltó un leve gemido.
-        El riendo satisfecho, le dijo de manera seca ¡¡ abre las piernas guarrilla!!.
-        Si, contesto tímidamente y como un robot, las abrió…
-        ¡Si, que! ¿niñata?
-        ¿Como? Balbuceo carla.
-        He dicho, ¿Si, que? mirándola seriamente sin dejar de estimular su clítoris y metiendo los dedos en su vagina. Tendré que enseñarte algunas cositas Cariño mío.
-        A partir de ahora, soy tu Señor, tu Dueño, tu Amo y voy a disponer de ti, como me de la real gana, para mi no eres mas que una niñata, una sucia perrita maleducada que yo tengo a bien aceptar en mi cuadra y usar como me de la real gana. Eres de mi propiedad, Me perteneces, ¿entendido?
-        Carla estaba al borde del orgasmo, por las caricias en su coñito, escuchando malamente lo que se le decía y solamente dijo con la voz entrecortada ¡ Si, Señor!. El seguía mirándola, y jugando en su coñito, cómodamente tumbado en la cama, viendo como ella se derretía en sus manos, y disfrutando del momento Carla empezó a convulsionarse, notando sus piernas derretirse y su cabeza reventar de puro placer, en un gran orgasmo que le venia muy poco a poco. El, notándolo paro el movimiento de los dedos y aparto suavemente la mano unos centímetros escasos de su coñito, mirándola mientras ella, movía la cadera sin freno, buscando su mano…
-        Ahhhh y cuando quieras satisfacer tus instintos naturales pide el correspondiente permiso, me perteneces, tu placer es mío y solo lo obtendrás de mi voz, cuando yo lo determine, bruscamente le dio varios azotes en su coño abierto y húmedo y en los muslos con fuerza, mirándola a los ojos.
-        Ella respiro profundamente sin apenas quejarse, jadeando excitada. Y apretando su pelvis contra su mano, deseosa…
-        El retiro la mano y busco un pezón, que suavemente atrapo, olvidando su coño por un momento retorciéndolo, sin apartar la vista de ella. ¡No te he oído  perra!.
-        ¡¡Si Señor!!,¿puedo …?
-        El lentamente bajo su mano otra vez, a sus labios vaginales rozando su perla húmeda con precisión y ella no pudo mas moviendo sus caderas sobre los dedos; deseaba con locura irse de placer sobre su mano. Sobre El.
-        ¿¿Señor puedo??, por favor Señor….
-        Bien perra, el mundo no se hizo en un día. Correte.
-        Y ella se corrió en un salvaje orgasmo a los ojos de El.
-        Bien perrita, dos cosas tengo que decirte y no te las diré más. La primera es que tienes derecho a decir BASTA y la segunda es que puedes irte cando lo desees y cuando lo hagas, será para siempre. El resto lo iras aprendiendo con el tiempo yo me encargare de ello no lo dudes. Lentamente se puso en pie bajando de la cama.
-        ¡Desnúdate!, Estas hecha un adefesio y mi perra debe estar siempre espectacular para mis ojos.
-        ¡¡Ponte en pie!!, se acerco a ella y mirando su coño escasamente rasurado, tirando del corto vello con fuerza le dijo: Esto no lo quiero ver más.
-        Si Señor, le dijo ella desnuda ante sus ojos.
-        Mi Señor si no te importa. Le dijo de manera seca, rozándole la mejilla con su mano. Y desnudo como iba, se metió en la ducha.

Espero que os guste. Un saludo. LordOrmm

3 comentarios:

  1. fantastico relato en el que carla empieza a darse cuenta de quien es realmente. Gracias por compartirlo con nosotros. un saludo

    ResponderEliminar
  2. Esta Carla está empezando a gustarme, se está convirtiendo en una lectura deseada,mi interes crece en este blog, felicidades

    ResponderEliminar
  3. Mi perra y Yo echamos de menos mas aventuras .Un saludo.

    ResponderEliminar