jueves, 31 de mayo de 2012

Marta rival y compañera de juegos. Relato de KALISTEROS.





                                     
Hacia demasiados días que El Amo no contactaba con Carla, esta, en una desesperación creciente satisfacia sus ganas deambulando por calles y avenidas, pues El le habia prohibido otro tipo de satisfacción.
No lograba a entender esa demora en llamarla, en mandarle un mensaje y su cabeza estaba en plena ebullición tratando de no imaginar en que andaria tan liado que no tenia tiempo para ella, no sin dejar de admitir la condición de sumisa, que le otorga la obligación de estar cuando y donde El disponga.
Dos días de angustia complaciente más tarde llego la señal, un escueto: ¡¡Ven ya!! No se lo pensó, corria como si le faltase el aire al relentizar su paso, se plantó en la casa de las afueras donde ya conocia como acceder al interior, recordó que a El no le gusta que entre corriendo y noto la humedad entre sus piernas, su ropa interior estaba muy pegada a ella, al atravesar el recibidor se le cruzaron mil ideas y perversiones muy apetecibles, todas cayeron a tierra, todas se disiparon, se apoyo bajo el quicio de la puerta a contemplar como una rubia cuya cara no se veia al estar empotrada ente las piernas del Amo, mostraba su, en otras circustancias deseable culito hacia donde ella estaba, El la miro y cerro los ojos en un gesto de placer muy poco contenido...
Carla monto en cólera, se descompuso, y desobedeciendo las ordenes salió corriendo y dando un estruendoso portazo, subio a su vehiculo con más prisa que cuidado y se golpeó en una rodilla, parando un par de segundos donde la rabia impedia el paso a la recuperación, El sonido de recepción de un mensaje en su móvil la hizo salir de su ensimismamiento, era de El, una foto de ella regalandole la felación contemplada con anterioridad a lo que ella creia en propiedad. Y un mensaje de El Amo diciendole que si no viene pronto, Marta tendra que cambiar de postura y ya no estara su vagina y culito a disposición de ser lamido...
¡Maldito cabrón! Espetó Carla mientras salia a toda velocidad del recinto, ¿Quien coño se ha creido que es? Conducia demasiado rapido y no reparó en que se pasaba su salida, con lo que en breve tuvo que dar media vuelta, al llegar a la altura de la intersección que la conducia a casa, una Carla con cara de pocos amigos, ojos entrecerrados, sudada y mordiendose el labio, no marco el intermitente que le permitia huir de aquella situación, y siguio hacia lo que realmente deseaba desde que conocio a su Amo...
                                                                                                  



   KALISTEROS
un abrazo cariñoso. alessia.
                                             

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