martes, 2 de julio de 2013

Gor. Ormm y leah. El principio.





Al caer la tarde.....
Ormm, se apoyó en la ventana, con la mirada perdida, cuando los gritos cercanos le devolvieron a la realidad. Sabía perfectamente a que se debía semejante escándalo; los guerreros llegaban con su botín o bien habían asaltado a algún mercader de esclavas.
le importaba muy poco; su padre, el Ubar de la ciudad, tenía en su fortaleza a las mejores kajiras y el las tenia para su uso y disfrute en cualquier momento.
Se dirigió hacia el salón , mientras las voces oscuras de los guerreros, se mezclaban con las voces de pánico de las prisioneras.
Estaban allí, amontonadas unas contra otras. Sus llantos, eran apagados por el estruendo de las espadas golpeando contra los escudos; uno de los hombres, tomo del pelo a una de las esclavas, ella permanecía con las manos atadas, llorando en el suelo y allí mismo, delante de todos, la forzó. La violó de forma brutal, sin considerar ni su juventud ni su virginidad, dejándola tendida en un pequeño charco de sangre que manchaba la poca tela que la cubría. Nadie hizo caso, nadie la socorrió; las kajiras miraban presas de terror al ver lo ocurrido; sabían que podían ser las siguientes.
Leah, miraba todo con la respiración contenida. Se escondía, intentando soltar sus ligaduras que ya habían marcado sus muñecas. Era menuda, pesaba poco; quizá eso la salvara. Era la menos escultural de todas ellas; en su delirio, pensó que esta, podía ser la primera vez que no ser exuberante , fuera una suerte.
Una de sus compañeras, fue literalmente, arrancada de su lado. Un guerrero de aspecto terrible, la derribó de un manotazo.
Mientras esto ocurría, los kajirus , no cesaban de servir buen paga a los hombres, que borrachos y deseosos de hembras, violaban y golpeaban a las mujeres, forzándolas a todo tipo de vejaciones.
La pequeña kajira, permanecía acurrucada, llorando, sin apenas moverse, como un animal asustado que ve la muerte de cerca. De pronto, entre el tumulto, sus ojos marrones, se cruzaron con los de Ormm. El, la miraba con una sonrisa entre irónica y placentera. Leah, suplicaba con la mirada ayuda y compasión. Pronto volvió a la realidad, alguien la tomó con fuerza de su larga melena y la tiro en medio de aquella jauría humana. Comenzó a gritar y a patalear. Recibió un golpe tremendo en la cara que hizo sangrar su boca y notar el sabor amargo de la sangre. Deseaba morir allí mismo. Suplicaba con la voz y el alma rotas , suplicaba compasión....



Una mano enorme que casi cubría su rostro por entero, la tapó para silenciar sus gritos. Mordió, con las pocas fuerzas que le quedaban, aquellos dedos rugosos. El guerrero, la abofeteó con tal fuerza, que perdió el sentido por unos instantes. No podía rendirse y respiró con fatiga.
Rompieron su kamisic, que cayó al suelo hecho jirones, quedando desnuda y expuesta ante todos ellos.
Ormm, miraba con gesto serio todo aquello. Era honesto, severo, pero comprensivo y no veía justicia en aquellos golpes y en la forma de tratar a aquella pequeña, cuyo rostro apenas podía ver ya  cubierto por su pelo revuelto que se pegaba por el sudor, el dolor y el miedo.
Le separaron las piernas con fuerza, leah se revolvía pataleando en el suelo. Ormm miró su sexo, rosado, delicado y listo para ser desflorado con total brutalidad. Noto como su miembro se endurecía.....
Leah, ya no veía a nadie y suplicaba que todo acabara pronto. El hijo del Ubar, se acercó hasta ella. La  miró bien, estaba allí, tendida, desnuda e indefensa. Parecía sumida en un profundo desmayo o incluso podía que estuviera muerta.
Los guerreros gritaban, no querían soltar a su presa. Deseaban probar la miel de aquella pequeña . Ormm , desenvainó la kiva y comenzó a agitarla en todas direcciones. Mirándolos y gritando con fiereza, les hizo saber que leah era su botín y que solo El la tomaría. Su flor de esclava sería solamente para El.. Tenía ese privilegio, ese derecho y haría uso, cuando y donde quisiera.
Le miraron con gesto hostil , pero nadie hizo frente a Ormm. Con desgana, le vieron salir de allí con leah en brazos; era como una muñeca rota, sin aliento, con los brazos colgando y el pelo enmarañado. Sangraba por tanta herida y estaba medio muerta.
Siguieron bebiendo, tenían muchas esclavas. Las disfrutarían y las tomarían sin más. Así pues, Ormm, se alejó hacía sus aposentos, con leah.......



                                                           constanza



Un abrazo cariñoso. constanza

3 comentarios:

  1. 'Su flor de esclava...' Cuatro palabras y todo un universo tras ellas. Felicidades, es un relato amén de muy bien escrito que engancha y crea adicción. Gracias por compartirlo. - elora-

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    1. Gracias, me encanta que disfrutes con mi humilde relato. Un beso enorme.

      constanza

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  2. Un relato encantador, es cierto, te quedas con ganas de más. Saludos

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